Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


Ni buenos ni malos

19/10/2023

El ataque de Hamás a Israel es condenable en todos los sentidos, una acción militar criminal que se transforma por su modo y por sus víctimas en un irracional acto terrorista. Hamás es un grupo de asesinos terroristas que no practican más que la religión de la violencia y la muerte; pero partiendo de la base de que eso es así, habrá a continuación que reconocer que no basta con aseverar lo que es irrefutable. Su barbarie les ha empujado a cometer el crimen que han llevado a cabo, pero también sería injusto culpar de ello al pueblo palestino y que pagase las consecuencias, un pueblo masacrado desde hace años e identificado con el terrorismo islámico como si ser terrorista y palestino fuese una misma identidad. Resulta demasiado sencillo que la búsqueda de culpables se limite a la simple conclusión de que los palestinos son los responsables de todos los males que aquejan a esos desgraciados territorios en liza. Buena parte del mundo occidental ha encontrado en los palestinos el malo de la película y así se sigue escribiendo el guion, obviando que tampoco en Israel todos son ángeles. Todo es mucho más complejo de lo que algunos nos quieren hacer ver, no es simplemente un enfrentamiento entre buenos y malos.
Siempre se ha dicho que en todas las guerras la primera víctima suele ser la verdad y en este caso no es una excepción. Así son muchos años donde la objetividad brilla por su ausencia en los relatos ya sean de uno u otro bando, en concreto desde 1948 cuando se reconoció internacionalmente el actual Estado Israelí. Todavía estaba caliente la sangre derramada por los judíos en la II Guerra Mundial. Ahora es otra, pero la sangre sigue derramándose.