Elena Serrallé

Elena Serrallé


Adolescencia ‘random’

06/09/2023

Me doy a mí misma la bienvenida al club de sufridoras madres de adolescentes. Con mi L colgada en la espalda voy adentrándome en el universo que se ha abierto ante de mí.
Lo primero que he tenido que encajar ha sido el brutal cambio físico que ha experimentado quien hace dos días era un crío. Comparando dos fotos del mismo día en años consecutivos he asistido perpleja a una transformación con altas dosis de metamorfosis.
Al mismo tiempo estoy en proceso de asimilación de la carta de despido que me ha notificado mi hijo como personal shopper. Ya estoy fuera  de onda, ya no tengo ni idea de lo que es un estilsmo cool, se prescinde de mis servicios.
Pero lo que más me preocupa es que este proceso de cambio ha minado mi capacidad auditiva. A mi hijo le han bajado el volumen. Si tengo en mi campo visual su boca, aun salvo la situación leyendo sus labios pero si no es el caso, no aspiro a nada más que intuir un ligero susurro inaudible y vago. Lo más sangrante es la exasperación que evidencia cuando le pido que eleve la voz mientras yo, frustrada, compruebo que, o nos comunicamos con subtítulos o no hay nada que hacer.
En cuestión de utilizar su vocabulario voy avanzando, lento, pero avanzando. Me he pasado todo el verano intentando colocar la palabra random de una manera acertada soltando frases del tipo «cómete las lentejas random» o «¿te apetece dar un random paseo?», algo susurra cuando lo hago, pero como no alcanzo a escucharlo, lo doy por válido. Silencio administrativo se llama, perdón, silencio administrativo random.

ARCHIVADO EN: Adolescencia, Despidos