Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.  / RUBÉN SERRALLÉ
Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.  / RUBÉN SERRALLÉ
 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé

 Sales de colores, conchas de mejillón troceadas, lentejas teñidas, mazorcas troceadas, arenas molidas, 20.0000 claveles y 10.000 margaritas, hasta césped recién cortado del estadio de fútbol Carlos Belmonte y, por supuesto, serrín, mucho serrín.

Rubén Serrallé