Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


España balcánica

01/10/2021

Decía, como no, Winston Churchill, que los Balcanes producen más Historia que la que pueden consumir. Sin llegar a ese nivel por sus consecuencias en el devenir europeo y mundial, puede afirmarse que en estos momentos España produce más política que la que puede asimilar por la acumulación de situaciones que tienen al país en estado de ebullición, no solo por fenómenos naturales como la erupción del volcán Cumbre Vieja en la isla de La Palma, y por los coletazos, esperemos, de la quinta ola de la pandemia de covid-19, a los que hay que sumar las convulsiones económicas provocadas por el incremento del precio de la energía y las dudas sobre el nivel de recuperación, que estaba sobrevalorado.  

El rey Felipe VI ha visitado de nuevo Cataluña un día antes del cuarto aniversario del fraude del 1-O sin que las calles hayan ardido. Los catalanes, según un estudio demoscópico han llegado a dos conclusiones aceptadas mayoritariamente, que el 'procés' ha sido un fracaso' y que la independencia no está ni mucho menos cerca. Salvo para los independentistas irredentos, esas conclusiones tendrían que ser suficientes para que los dirigentes de esa cuerda se retiraran a sus cuarteles de invierno, dieran una oportunidad al diálogo, como ha acordado ERC, se olvidarán del prófugo Puigdemont, centraran el tiro en lo que se llama las cosas de comer, y al menos procuraran un descanso físico e intelectual a su propia sociedad y al resto del país del que no se van a separar.  

Con la llegada del otoño todos los partidos se han puesto a repensarse, a rearmarse ideológicamente como si las elecciones fueran a ser pasado mañana, cuando no están en el horizonte, y el aleteo de una mariposa puede originar un vendaval en otro lugar. Pablo Casado había iniciado un despegue electoral significativo y unas palabras de Ayuso han provocado una pérdida de presión en la cabina. El líder del PP, 'váyase señor Sánchez' , está en una convención itinerante en la que escucha más que propone y lo que le dicen le debe gustar poco, y quien se lo dice quizá no sea la personalidad más apropiada. Ayuso tiende la mano, pero su sombra se proyectará en la plaza de Valencia, llenada con autobuses y bocadillos.  

Yolanda Díaz ha comenzado a montar su alternativa a la izquierda del PSOE y ya amenaza con no continuar si hay "egos y ruido", ambas cosas consustanciales a la política, mientras es la 'número tres' de un Gobierno cuyo partido no hace sino lanzar enmiendas a la acción de gobierno, con proyecto de ley de vivienda alternativo. El PSOE está más pacificado, el 'huérfano' Felipe González incluido, buscando una unidad sin la que menguan todavía más las posibilidades de ser el primero en unas elecciones. 

Y, ay, la economía. El precio de la luz desbarata la senda de la recuperación que parecía lanzada y proyecta negros nubarrones sobre el PIB y el IPC. Las eléctricas, lejos de mostrar empatía están por la insumisión, lo mismo amenazan con cerrar las nucleares y con cortar la luz a los grandes clientes que paralizan inversiones en renovables que bajarían los precios. Las pensiones son y serán una espada de Damócles y no hay forma de que el mercado laboral acabe con la precariedad, a la espera de que se desate la batalla entre agentes sociales y económicos al respecto.   

No hay momento de sosiego en esta balcánica España.