Paco Mora

Paco Mora


¡Paren este mundo que me bajo!

09/04/2022

No pedimos que todos nuestros políticos sean Disraeli ni Wingston Churchill, pero sí que accedan a la política tras 20 años de trabajo, en una profesión para la que sea imprescindible «la funesta manía de pensar». Lo cual daría como resultado que los presidentes de Gobierno, ministros y demás políticos llegaran al cargo con sus 40 años bien cumplidos. El «papá quiero ser político» suena tan a cuchufleta como el «mamá quiero ser artista» de Conchita Velasco. La política no es una comedia ni una frivolidad y mucho menos una salida como comedero para malos alumnos. De su buen o mal ejercicio depende el progreso de un país y el bienestar o la ruina de sus habitantes.
Alberto Núñez Feijóo llegó a la política ya cuarentón, después de 20 años de ejercicio de una profesión en la que aprendió a trabajar, a calibrar los problemas y a resolverlos. Ahora tiene 60, que es una edad ideal para actuar con sentido común, ya que los pajaritos en la cabeza son cosa de jovenzuelos imberbes. Porque dejémonos de pamplinas; la política no es un ganapán sino la materialización de un espíritu de servicio. La gobernación de un país es algo muy serio y la deben ejercer hombres y mujeres formados para ello y no niñatos ambiciosos y malcriados. 
A gobernar se aprende gobernando, pero a partir de una formación suficiente. Porque si los ciudadanos de la primera parte del pasado siglo levantaran la cabeza y vieran que aquellos Sagasta, Salmerón, Alcalá Zamora, Largo Caballero, Indalecio Prieto, Azaña y demás próceres republicanos han sido sustituidos en estos comienzos del siglo XXI por la tropa que nos mal gobierna, gritarían: «¡Paren este mundo que me bajo!».