Eloy M. Cebrián

Eloy M. Cebrián


El Altozano

16/04/2021

Está a punto de inaugurarse la nueva oficina de turismo del Altozano, que servirá también como acceso al refugio antiaéreo situado bajo la céntrica plaza. La obra se ha completado con muchas molestias para los viandantes y hosteleros de la zona, con un tiempo de ejecución superior al del monasterio del Escorial y sin ninguna ventaja evidente con respecto a la infraestructura anterior. Si alguien dijo que la oficina de turismo antigua parecía la puerta de un tanatorio, la actual podría confundirse con el acceso a una estación de metro o tren de cercanías. Estéticamente resulta estridente con el entorno e inadecuada a más no poder, por lo que uno no comprende por qué no ha podido aprovecharse uno de los innumerables locales comerciales vacíos como oficina de turismo, en lugar de sacarse de la manga esa especie de caseta azul que rompe por completo con la estética del jardín. En cuanto al acceso al refugio antiaéreo, quizás habría bastado con algo más discreto, al estilo de los accesos a los aparcamientos subterráneos, con el posible añadido de un pequeño ascensor para las personas con minusvalías. Ignoro las intenciones del ayuntamiento con respecto al refugio. Lo que considero evidente es que, más allá de ideologías, se trata de un lugar donde se respira la historia de Albacete (una ciudad, por cierto, empeñada en vivir de espaldas a su pasado). Teniendo en cuenta el protagonismo de nuestra localidad durante la guerra civil, lo lógico sería instalar allí un museo dedicado al conflicto y sus consecuencias. Una selección cuidada de artefactos, documentos, fotografías y murales informativos podría contribuir a que los albaceteños recuperáramos esas páginas de nuestra historia reciente. A despecho de quienes creen que el olvido es la única fórmula para la convivencia, somos muchos los que consideramos que la memoria y el conocimiento son elementos clave para entender el presente y para construir el futuro.