Antonio García

Antonio García


Lo sencillo

08/03/2021

Se ha extendido una nueva aplicación, llamada dispo, que amenaza con destronar el imperio de instagram. Destinada a tomar fotos con el móvil a través de un pequeño visor, su peculiaridad está en que carece de herramientas de edición, la imagen tarda horas en revelarse y cuando se muestra aparece sin retoques, tal como captó el golpe de clic. En puridad es un retorno a la antigua cámara de carrete, a las máquinas desechables, a un tiempo en que cuando salía una foto buena era por casualidad. Cada semana se avanza en la sofisticación de estos programas: gracias a unos conseguimos visualizar nuestro futuro con canas o arrugas; otros nos caricaturizan grotescamente y todos consiguen ponernos más guapos, merced a filtros o manipulaciones, por no hablar de los que resucitan a los muertos y los hacen habitar de nuevo entre nosotros. El resultado es una inmersión cada vez más profunda en la virtualidad de lo perfecto, o sea de lo falso. Este de ahora, que invierte la línea del progreso, será tan fungible como los que le precedieron, pero es un indicio saludable de que algunos empiezan a cansarse de sofistiquerías y comodidades y reclaman una vuelta al naturalismo ingenuo del buen salvaje, que no conocía las prisas, resolvía los problemas manualmente y no dependía de las máquinas para distinguir su derecha de su izquierda. En un estupendo cuento de Cortázar se narra cómo el progreso científico evoluciona desde el jet hasta el medio incomparable de andar a pie. A lo mejor no andaba tan descaminado el visionario argentino y la solución a nuestros problemas resida en algo tan sencillo como volver a lo sencillo.