Paco Mora

Paco Mora


Ahora sí que sí

02/01/2021

Ha comenzado la vacunación. Tarde y con cuentagotas pero ha comenzado. Esperemos que todo transcurra con normalidad. Sin españoladas de aquellas de «donde dije digo, digo Diego». Una de las primeras muestras de normalidad será inevitablemente -y a Dios gracias- la desaparición de nuestras pantallas televisivas de Simón. Poner la televisión y que no aparezca en la pantalla el bueno de Simón jugando a «vamos a contar mentiras», será el mejor síntoma de que hemos entrado en el luminoso túnel de la normalidad. Será como un ite misa est para la pandemia del Covid-19. Tendrán que recompensarlo de algún modo, después del papelón que le han obligado a interpretar durante este fatídico 2020. 
De momento, nuestros políticos continúan disparándose unos a otros dardos envenenados. Y es que no tienen remedio. Lo que menos les importa es que los españoles volvamos a cantar el himno a la alegría, y dejemos de vivir como anestesiados por la pena y el temor. Ellos a lo suyo, a seguir con las orejeras puestas, que no les permiten otra perspectiva que el poder y sus prebendas. ¡Vaya prendas! En principio parece que existen pocas dudas de la eficacia de la vacuna, y que se haya comenzado a administrar por etapas, comenzando por los llamados «sectores de riesgo», es un acierto. 
Si hemos aguantado tan largo tiempo con la congoja y la zozobra, es bueno que ahora no se actúe precipitadamente. Sobre todo dadas las circunstancias de la aparición de nuevas cepas, como la inglesa, que de alguna manera han venido a poner celajes a la alegría del inicio de la vacunación. Pero en fin, saquemos fuerzas de flaqueza e instalemos la esperanza en nuestros corazones. La vacuna ha llegado y esperemos que sea para bien. Tiempo habrá para el análisis…