Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


Ineludible precaución

04/03/2021

Después de un año de pandemia la situación no es la que soñábamos en los primeros días de marzo de 2020 cuando observábamos cómo se acercaba la amenaza originada en China y de la nunca hubiéramos pensado que nos sorprendería, metidos en las trincheras de occidente y revestidos de modernidad. Fue un craso error, una fatal confianza en la cobertura de nuestro propio mundo conducido por capitanes como el del Titanic, convencidos de que esto no lo hundía ni Dios. Pero ya ven hasta donde está llegando el naufragio. O no, porque los oficiales al frente del barco han errado sus cálculos y sin embargo la orquestina sigue tocando desde las terrazas de la nave.
Ya ven cómo se han lanzado a la nueva desescalada nuestras comunidades autónomas, con más afán que cautela. La curva epidémica va en descenso y las transmisiones de contagios bajan. Las vacunas, a paso de tortuga, van inyectando optimismo y la primavera se acerca. Así es, sin duda, pero no son argumentos que debieran servir para tapar la cruda estela que nos ha dejado el recién finalizado febrero. No puede ser que se nos venda sin precaución un artificial optimismo que parece ocultar el gran drama de la dura realidad y que no es otra que la Covid-19 sigue segando vidas y ha convertido a febrero, con más de 10.000 muertos, en el segundo mes más letal del balance histórico y dramático del año que llevamos de pandemia, tras el mes de abril del pasado año. Conviene no obviar el dato y ocultarlo con los oropeles de una esperanza que no está reñida con la ineludible precaución que nos exige el momento de una nueva desescalada.