Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


Doble rasero

18/04/2024

La espiral bélica ha ido aumentando en estos últimos meses y la tensión mundial ha entrado en una dinámica cada vez más peligrosa e inquietante, además de ir indignando a la mayoría de la humanidad, ante el papel que asumen en tales crisis los países que, por ocupar el liderazgo entre las grandes potencias mundiales, deberían poder ejercer como tal para garantizar la paz y el diálogo y no ofrecer como única respuesta la impotencia que destilan en el actual y preocupante momento que se vive. El fracaso del actual período de la humanidad es absoluto y radical en esta sociedad sacudida por las guerras al alza y con su modelo de existencia en clara incógnita de futuro. Las potencias mundiales en su egoísta manera de manejar a su antojo y sólo en defensa de sus intereses a los grandes foros y a las diversas instituciones, anulan y desprestigian a las mismas arrastrándolas a la crisis de identidad en las que hoy se encuentran y aumenta el escepticismo sobre su validez y vigencia ante los retos que han de afrontar. Guerras, genocidios, invasiones y agresiones están al orden del día desde un desolador panorama en el que, además, la enérgicas condenas para con unos son frontales con la tibieza o e incluso el silencio con el que se reacciona ante los otros, utilizando un doble rasero que claramente está mostrando el gran bloque del mundo occidental, que siempre al final termina dejando en la marginación y el abandono a los países históricamente más desfavorecidos. Es ese doble rasero que el conflicto en Oriente Medio nos retrata de un mundo alineado junto a la causa israelí cuyas atrocidades no son capaces de frenar quienes podrían tener patente para arbitrar.

ARCHIVADO EN: Guerra, Oriente Medio