Una vez más parece que el pueblo de Israel tuviera que estar ganándose cada día el derecho a vivir  en paz y en democracia. Hitler queda muy lejos pero su sombra es negra y alargada y el antisemitismo renace cuando menos se le espera. Hamas ha demostrado que su fobia contra el pueblo judío no tiene nada que envidiar a la de la Alemania nazi. El terrorismo anti-israelí ha despertado  con furia, pero aunque ahora no está Ariel Sharon para frenarlo y ponerlo cara  a la pared, ha tenido que escapar por piernas para refugiarse en los países que odian a Israel por solo hecho de su existencia.
En Francia, y en otros varios pueblos de Europa, se esconde un salpullido antisemita, que ha despertado con furia. La defensa del ataque de Hamas contra el pueblo judío lo ha demostrado de manera evidente. Ahora sin Ariel Sharon, el pueblo israelí ha demostrado que también  es capaz de arrojar  fuera de sus fronteras a los que siguen soñando con acabar con el pueblo judío como nación. Ahora resulta que para algunos los malos de la película son los que se defienden contra el terrorismo. Y lo peor no es eso, con ser malo, lo verdaderamente lamentable es que algunos, demasiados,  hayan olvidado lo que hizo Hitler con los judíos en Alemania. No parecen acordarse de los hornos crematorios, de los campos de exterminio y de lo que les costó a los miles de judíos que huyeron de Europa reconstruir una patria en la que ser judío no significara inclinar la cerviz y dejarse matar como corderos. Es lamentable que haya tanto hipócrita que se le arrugue el ombligo contemplando como Israel es capaz de defenderse del terrorismo de Hamas. Nada que ver con el trato que le dio el nazismo al pueblo judío, pero  gracias a la energía del Gobierno de Israel no se repite la historia. Aunque algunos traten de falsificar la realidad, calificando de terrorismo lo que no es más que pura y natural autodefensa.