Paco Mora

Paco Mora


Sánchez no debió consentirlo

20/05/2023

De que Pedro Sánchez, si en su mano estuviera y para poder mantenerse en el poder tras las próximas elecciones, sería capaz de consentir que se pusieran en las listas electorales a Billy El Niño al Lute y a Jack El Destripador ha quedado más que demostrado con la inclusión en la lista de Herri Batasuna de siete etarras condenados por asesinato. La cosa tenía sus pelendengues, pues HB no se conforma con haber salido de rositas de la ola criminal que protagonizó, llevándose por delante la vida de tantos seres humanos, sino que además aspira a conseguir cotas de poder en un sistema democrático que poco nada ayudo a instaurar, ni antes ni después de la desaparición del dictador. Más bien al contrario, si hoy vivimos en democracia es a pesar de partidos como el referido.
De acuerdo que todo el mundo tiene derecho a la reinserción en la sociedad surgida tras el franquismo, aunque en su momento luchara contra la dictadura, pero se da el caso de que ETA siguió matando cuando España ya hacía tiempo que vivía en democracia. Y que pocos años después los condenados por terrorismo puro y duro, ejercido cuando Franco ya estaba criando flores, y eran las urnas las que decidían quienes debían ostentar el poder, y los padres, esposas e hijos de los asesinados por la banda terrorista todavía lloran a sus deudos caídos bajo el furor terrorista, vean los nombres de quienes los asesinaron en las listas electorales, es algo que clama al cielo. 
Sánchez no debió consentir nunca que la sangre de los asesinados por ETA sirviera como moneda de cambio para que condenados -sean siete o 7.000- figuraran en la candidatura de un partido con un historial de violencia y terrorismo como HB. Y ello por la única razón de integrarlos en el sistema democrático para no tenerlos enfrente.