Fernando Fuentes

Fernando Fuentes


Doctor Doping

30/03/2021

La sangre no es un medicamento. Eso fue lo que concluyó la Audiencia Provincial de Madrid para, en 2016, terminar absolviendo a Eufemiano Fuentes de los delitos imputados por la Operación Puerto. No obstante, y según las investigaciones del instituto armado, el médico canario sería el cabecilla de una red de dopaje que ofrecía diversas prácticas ilícitas para mejorar el rendimiento de sus clientes, que serían deportistas de élite de diversas disciplinas. Entre los servicios ofrecidos por su trama internacional se encontrarían hormonas, medicamentos y transfusiones sanguíneas. Ya peinando 66 años, conservando esa apostura de dandi ya algo trasnochado y recientemente jubilado -desde su querida Playa de las Canteras, donde se deja ver paladeando lo que parece un gin-tonic- el considerado a nivel planetario como Doctor Doping abre, de nuevo y ante Jordi Évole, su particular caja de los truenos para hacernos poner en duda que el deporte nacional está limpio de polvo, paja y demás basuras inyectadas por él. Eufemiano no solo insinúa que Fermín Cacho iba hasta las cejas de lo suyo cuando ganó sus medallas olímpicas, también se atreve a poner en el disparadero a la Real Sociedad, el Barca o el Real Madrid. Pero lo hace a medias. Sin terminar de afirmar nada. Dejando la duda en el aire. Y lo hace gustándose desde una media sonrisa cobarde. Parece disfrutar abriendo una flor que, muy posiblemente, le siente de nuevo frente a un juez. Pero que nadie se equivoque. Fuentes es un genio. El mejor vampiro del mundo. Supo adelantarse a todos y su supina inteligencia le ha permitido librarse de la cárcel ya que los medicamentos y técnicas de dopaje que aprendió en países del Este no pudieron ser catalogadas de ilegales a tiempo de ser cazado. Si a este canarión, dada su gran sapiencia e insaciable ambición, le hubiera dado por hacer el bien, la cura del cáncer sería una realidad desde hace décadas y llevaría su firma. Pero no, le dio por el mal poniendo en peligro la vida de decenas de tramposos deportistas que no dudaron en acudir a él para conseguir mejores resultados, aun sabiendo -o quizá no- que eso les podría haber llevado a la tumba. Con este matasanos podemos hacer dos cosas. La primera sería ponerlo a cantar, día y noche, para saber de verdad si todo lo que se ha ganado desde el deporte nacional, en las últimas décadas, ha sido de forma justa. La segunda es animarlo a trabajar en una vacuna contra el Covid-19. Seguro que consigue la mejor. Así es Ufe.