Óscar Dejuán

Óscar Dejuán


El cielo de Ur

08/03/2021

El sábado 6 de marzo tuvo lugar un Encuentro interreligioso presidido por el Papa Francisco y los representantes de las diferentes religiones que conviven en Irak. El lugar no podía ser más apropiado: la llanura de Ur de los Caldeos donde nació Abraham hace 4.000 años. De él descienden las tres grandes religiones monoteístas. Tanto el Judaísmo, como el Cristianismo y el Islam lo veneran como su padre en la fe, el primero de los patriarcas. 
El Papa Francisco se arrancó con las palabras de Dios a Abraham: «Mira las estrellas del cielo». Mirar al cielo es la actitud común de los creyentes. Implica tres actitudes vitales: (1) Creer y esperar en un Dios, creador y padre; (2) Reconocerme como criatura que necesita amar y ser amada. (3) Tratar a los demás como hermanos, poniéndome a su servicio. Quien no levanta su mirada a Dios y a los demás, fácilmente se convierte en esclavo de sí mismo y dominador de los demás. Justificará su odio y atrocidades por los argumentos más peregrinos, incluyendo los religiosos y los humanistas. Las guerras religiosas de antaño y los actuales ataques terroristas «en nombre de Dios» son los ejemplos más sangrantes. 
El objetivo del viaje del Papa a Irak era desenmascarar tamaña hipocresía. Odiar y matar por ideas religiosas es una contraditio in terminis, la afrenta mayor que se puede hacer a una religión. Bien lo dijo en 1927 Mahatma Gandhi, un buen hinduista: «Existen muchas causas por las cuales estoy dispuesto a morir, pero ninguna por la cual esté dispuesto a matar». En la última década, los mártires cristianos de Irak han mostrado cómo es posible morir en defensa de su fe y libertad religiosa y, además, morir perdonando. ¡Nuevas estrellas de esperanza en el cielo de Ur!