José Juan Morcillo

José Juan Morcillo


Solos y borrachos

08/07/2020

Todo vuelve a su sitio. También la estupidez. Hoy hace cuatro meses que se hizo viral el eslogan del Ministerio de Igualdad defendido con uñas y dientes por Irenx Monterx en la mani feminista del 8-M, aquel desafortunado lema criticado con dureza por policías y guardiaciviles expertxs pues animaba a las mujeres a poner en práctica dos conductas de riesgo para cualquier ciudadanx. Cuatro meses, sí, de aquel «sola y borracha quiero volver a casa». Al margen del despropósito publicitario, y dado que soy un miedica desde la nuca hasta las canillas, el eslogan tuvo que haber sido más inclusivo, para que estuviésemos todxs representadxs; algo así: «Solx y borrachx quiero volver a casa». Paro: la soplapollez de esta «x» la dejaré para los especialistas en códigos deslavazados, mentes tan alicortas como las de los espabilados que ignoraron la amenaza del virus de Wuhan a pesar de las advertencias del director de la OMS dos semanas antes.
Y ahora que, cuatro meses después, el coronado virus está de cañas por nuestras calles, dos nuevos bichitos han nacido y brotado en China. El primero es un deltacoronavirus enteropatógeno porcino, vamos, un coronavirus que puede alojarse en una morcilla o en una rodajica de jamón. Y esto son palabras mayores, ustedes me entienden, que donde esté un gorrino que se quiten los morceguillos y los pangolines. El otro ha sido ideado por el economista Yew-Kwang Ng, profesor de la prestigiosa Universidad de Fudan, en Shanghái; asegura este genio de las finanzas que, ante el aumento de machos y el escaso número de hembras en China, con el fin de aliviar la ascética continencia de muchos chinitos que deambulan solos y borrachos sin una chati, hay que legalizar en su país la poliandria y la prostitución.
Asegura mi vecino entre risotadas que estos dos nuevos brotes no tardarán en llegar aquí, e incluso ya está haciendo cábalas sobre las medidas preventivas que aprobará el Gobierno para que los dos nuevos virus no se propaguen. Presiento que para el 8-M de 2021, y a pesar del peligro latente, muchas chatis saldrán a la calle abanderando un eslogan con mucha chicha.