Javier López-Galiacho

Javier López-Galiacho


Cierra el Ateneo

06/10/2020

El Ateneo Albacetense, el cuarto más antiguo de España, anuncia su cierre temporal a las puertas del 24 de octubre, fecha en la que celebrará su 140 aniversario desde su fundación en 1880. Aunque fue cerrado en 1886, se reabrió en 1907 gracias a prohombres de Albacete como los Quijada, Serna, Serra o Gotor. Vivió su esplendor en la sede del piso principal que coronaba la entonces bellísima fachada del Teatro Circo. El Ateneo cerró en la Guerra «incivil». Se reabrió en la Transición gracias al impulso del recordado amigo, el excelente escritor que fue Manuel González de la Aleja. Desde entonces ha estado brillando en nuestra vida cultural bajo el impulso de presidentes como Paco Ballesteros, Abelardo Sánchez o en los últimos más de 30 años, mi amigo Tomás Mancebo. Esperemos que la clausura de su sede en la calle de la Feria sea tan sólo un paréntesis en una institución de tanta solera en la vida cultural de Albacete. El Covid se ha llevado por delante más de un tercio de sus socios y los ingresos por cuotas no cubren los gastos. La última asamblea acordó, por aplastante mayoría, la propuesta de cierre temporal, aunque la experiencia me dicta que todo lo que cierra, aunque sea provisional, se convierte en una seria amenaza de viabilidad futura. Tengo un cariño demostrado al Ateneo Albacetense. En su sede fundé hace 26 años, junto al ateneísta Luis Parreño, aquella Asociación de los Amigos del Teatro Circo de grato recuerdo para la recuperación de nuestro teatro. Participé de varias de sus actividades. Antes de morir ese paladín del liberalismo político que fue José Antonio Segurado, recordábamos los dos en Oviedo esperando que nos atendiera el eminente oftalmólogo Luis Fernández Vega, una extraordinaria conferencia que Segurado pronunció en los años 80 en la sede del Ateneo de la calle Mayor. Desde esa tristeza que me produce el anuncio de cierre, rogamos a los albacetenses que vuelvan a reabrir el Ateneo Albacetense. Son los ateneos españoles, el último reducto de la sociedad civil organizada. El de Madrid cumple ahora 200 años con dos presidentes albacetenses en su historia como fueron José Prat y el Marqués de Molins. No podemos enterrar el Ateneo Albacetense, pues hay que reconstruir, con paciencia pero con urgencia, esa sociedad civil organizada e ilustrada que impulse hacia el mañana este Albacete que hoy sestea.