Elena Serrallé

Elena Serrallé


De zapatos y mochilas

17/04/2024

Qué grandes son aquellas personas que lo entendieron. Que entendieron que para destacar no hay que humillar, que para brillar no hay que apagar y que para gustar no hay que hundir a nadie. Los que comprendieron que no hace falta ningunear para despuntar ni ignorar para alcanzar la distinción.
Grandes también aquellas que entendieron que siempre hay unos mínimos inquebrantables que es positivo no ignorar porque, si lo hacemos, nos adentramos en la tiniebla de la irracionalidad y ese es un escenario muy peligroso y triste.
Qué grandes aquellas personas que, de manera inconsciente, piensan en plural, que caminan por la vida velando porque nadie se quede atrás, se arrincone o se ahogue en los miedos e inseguridades. Los que empatizan, los que incluyen, los que abren círculos, los que se ocupan y preocupan porque el resto esté cómodo. 
Grandes son aquellos que se calzan los zapatos de quien tienen cerca para poder conocer así la mochila que porta y lo ligera o pesada que puede llegar a ser su carga. Los que entienden una mirada, los que distinguen una sonrisa impostada que simula que todo está bien cuando en realidad no todo está bien.
Grandes los que  tienden puentes, los capacitados para destensar y limar asperezas, los que oxigenan un ambiente cargado de rabia y crispación.
Esas personas son las elegidas.
Muy grandes los que saben trabajar en equipo, los que comparten los éxitos y asumen los errores, los corazones nobles que no toleran la injusticia.
Grandes esas personas a las que su humildad las hace gigantes.