Lo primero que debe de hacer Manuel Serrano, una vez que coja de nuevo el bastón de mando que lo faculta de nuevo como alcalde de Albacete, es recuperar la institución municipal en el más amplio sentido de la palabra. Tanto los periodistas, como la ciudadanía en general, tenemos la mala manía de valorar una legislatura solo por las mejoras urbanas desarrolladas, los tropecientos actos   -de cualquier naturaleza- celebrados y, sobre todo, por el dinero que se deja, o no, en las arcas tras una buena, o mala, gestión. Pero hay algo, quizá, más importante y afecta al statu quo en el que queda cualquier Consistorio tras cuatro años de Gobierno. Y es aquí precisamente donde el nuevo equipo gobernante va a tener que hacer un esfuerzo urgente para sacar de la extenuación, y del colapso, a muchos de los negociados. En la otrora corporación lo tuvieron claro desde el principio: era necesario politizar al mayor número de técnicos referenciales para llevárselos a su huerto. Y para conseguir que cualquier profesional trabaje al 400% de su capacidad, rayano en lo incompatible con la vida normal de cualquier persona, lo más adecuado es prometerles cosas sabrosas que, quizá, nunca fuesen a suceder y que, para alivio de estos encantadores de serpientes y tras lo sucedido en las urnas, se beneficiarán de la duda. De esta manera han conseguido forzar la máquina hasta romperla en muchos casos. Sólo hay que darse un paseo por las diferentes secciones y preguntar qué tal les ha ido con los salientes para corroborar lo de que lo más apremiante para Serrano es volver a poner a cada técnico en su sitio natural, devolviéndolos a la realidad laboral de cada día para que atiendan sus obligaciones y defiendan sus derechos, en pro de un equilibrio necesario para recuperar la buena salud municipal y, hasta, personal. En algunos casos ya no será posible, el daño ya es irreparable y algunas concejalías han quedado como solares, perdiendo a piezas fundamentales que, durante años, se habían dejado la piel en favor de su buen funcionamiento. Sí, es lo primero.