Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


Sísifo y la pandemia

15/04/2021

La evolución de la pandemia ha convertido nuestras vidas en un castigo afín al que según la mitología griega padecía Sísifo, aquel que con su soberbia molestó a los dioses del Olimpo, y estos como respuesta le condenaron a empujar una enorme roca hasta la cima de un monte en la que, cuando llegaba, el pedrusco volvía a caer rodando cuesta abajo y… otra vez a empezar. Y así por toda una eternidad. Como nosotros, como este mundo castigado por esos dioses mitológicos, más vengativos que justicieros, que nos contemplan mientras empujamos para subir a la cresta de una ola, al pico de los contagios, para después, llegado a él, observar como la piedra se nos descontrola y vuelve a rodar cuesta abajo obligándonos a recomenzar el trabajo inútil, el esfuerzo reiterado de volver a empujar la piedra cuesta arriba. Para Sísifo la expiación era eterna, nosotros ya llevamos un año largo de condena.
Fue Albert Camus quien analizó este mito como una expresión y un símbolo de la condición humana que tantas veces en la Historia reitera el papel de porteador fracasado de rocosas y complicadas empresas, y lo hizo en su libro El mito de Sísifo, donde filosofa sobre la vida y la muerte. La de Sísifo no es vida, desde luego, por más que se eternice. Curiosamente otra obra de Camus, su novela La Peste, ha vuelto a la actualidad en esta pandemia de la que podría ser perfectamente un libro de cabecera y en cuyas páginas nos reencontramos el debate entre la pujanza material y la excelencia moral luchando por priorizar en una situación ante la que nos encontramos manifiestamente vulnerables. Solo los héroes mitológicos, convertidos en vacunas, podrían salvarnos.