Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


Borbones

06/08/2020

Decididamente este triste año está firmemente decidido a tener su espacio en los libros de Historia. Al virus asesino se le sumó casi desde su mismo inicio la serie de vicisitudes de la corona española y las venturas y desventuras de su emérito Rey, culminadas esta semana con su salida del país de quien fuera Jefe de Estado casi cuarenta años. Una salida de España que vuelve a marcar el exilio como predeterminado sino de los Borbones tras su paso por el trono. Y hay que decir, tras esa salida, que nadie le destierra, que es el mismo quien se exilia. Nadie ha orquestado el triste final de su reinado y que ha sido el mismo quien ha protagonizado la mayor conjura antimonárquica que se pudiera esperar. La derecha monárquica de este país parece muy interesada en cargar las tintas sobre la maquinación izquierdista para poner bajo el patíbulo la cabeza de la monarquía española y hacerla víctima de un complot destinado a traer hasta España la III República. No es mal argumento para una novela, pero la realidad es mucho más sencilla y han sido los propios errores monárquicos y la falta de transparencia de la Casa Real hasta el último momento del Borbón, los que han precipitado este final. En esa rabieta de la derecha se intenta cargar de culpas hasta al presidente del Gobierno, cuando ha sido la propia Casa Real la que ha reconocido implícitamente las culpas del emérito y en ningún momento de la crisis de la institución ha sido capaz de salvaguarda la defensa del anterior Rey limitándose, en lo posible, a que los daños no llegaran hasta Felipe VI. Sánchez no había nacido políticamente cuando el Borbón ya estaba envuelto por la suma de errores que le han costado su caída.