Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


Hágase la luz

01/07/2021

Dijo Dios: «Hágase la luz y la luz se hizo». Así conocimos el origen bíblico de la luz. Como toda la Creación, fue un milagro. Milagro tan difícil de entender como el recibo de la luz que también es milagroso para quienes se enriquecen y benefician a su costa; como un milagro necesitan más y más personas para poder pagarlo cada mes, dada la avaricia sin límites que muestran las compañías eléctricas ante el indefenso consumidor que ha sido bombardeado desde hace varios años con consejos y campañas para que consuma con moderación sin que ello le sirva para abaratar el temido recibo, pues muy listas ellas, las empresas eléctricas, si usted gasta menos vatios, no tienen más que incrementar el precio del kilovatio hora para seguir ganando lo mismo o más. Realmente puede que la luz la hiciera milagrosamente Dios, pero quienes la administran divinamente y sin el más mínimo decoro son estas empresas eléctricas que la cobran como si fuera un artículo de lujo para enriquecimiento de unos pocos privilegiados y en perjuicio de cada vez más hogares empobrecidos en este país y con falta de medios para poder acceder a un servicio público de primera necesidad.
Ante los escandalosos precios de la luz, el Gobierno toma la timorata decisión de bajar el IVA del recibo para que el ciudadano pueda pagar unos euros menos. Es decir, reduce la recaudación en impuestos y ni molesta al dragón de las compañías eléctricas que sigue dormitando en su cueva de privilegios. Al final no pagamos menos, solo reducimos el dinero que de nuestros impuestos llegará a sanidad pública, educación o a vivienda social. Lo que no parece ser ni la más justa ni la más valiente de las decisiones.