Elena Serrallé

Elena Serrallé


Hogar, estresante hogar

27/01/2021

Siempre he intentado apostar por el optimismo y extraer las lecturas positivas hasta de las situaciones más dramáticas. Es por ello que estando obligados a permanecer más tiempo en casa, deduje que, al menos, mi salud mental agradecería aquello de ganar en tranquilidad y bajar las pulsaciones. Nada más lejos de la realidad. 
El dulce hogar es un pozo de situaciones estresantes. A todos nos  pasa que la lavadora te indica que resta un minuto para terminar el programa de lavado y la colega lo eterniza de ese modo que consigues morderte hasta los muñones. Y le preguntas, (porque le hablas a la máquina) que de qué va, que si se está haciendo la interesante, y sólo cuando intuye que estás al borde de la agresión te regala ese «click» que te permite abrir la puerta.
Claro que para nervios de acero cuando haces palomitas en el microondas y cada vez explotan menos y tienes que tomar la crucial decisión de parar o aguantar un poco más. Ruleta rusa. Apto sólo para mentes muy frías.
A mí me ha tocado hiperventilar y reducir mi ataque de ansiedad con la ayuda de una bolsa del Seyca cada vez que me he aventurado a hacer un pedido de comida rápida y después de 15 minutos de selección de menús, tamaños, tipos, suplementos, ofertas, toppings y mil bifurcaciones, me indica la app que me haga una sopa de sobre porque no hay servicio activo.
Visto lo visto, no me queda otra que estimular mi modo zen y junto a la levadura y el papel higiénico, hacer un buen acopio de tila y barritas de incienso.