Elena Serrallé

Elena Serrallé


Dilo

25/08/2021

Hazlo, no lo dudes, adelante. Si ves a alguien que hoy está especialmente radiante, díselo. Si te encuentras con una amiga a la que el nuevo corte de pelo le favorece, coméntaselo. Si te has emocionado con el discurso de ese desconocido, acércate y felicítalo. Si la comida te parece deliciosa, transmite esa opinión a quien la cocinó para ti. Nos cuesta, nos cuesta mucho expresar los elogios, los agradecimientos y las felicitaciones. 
Como siempre, es un problema de inseguridad, de falta de confianza, de presumir que para qué....si ya lo sabe. Qué gran y cómodo error dar todo por sentado y todo por sabido, todo por dicho y todo por entendido.
Personalmente estoy en una etapa de mi vida en la que sólo me creo lo que me demuestran. No intuyo, no sospecho, no espero, no apuesto, no supongo, me agota. Todo es más simple que eso. 
Consecuentemente, también vivo en una etapa en la que verbalizo, huérfana de indirectas, a dieta de silencios, no me callo, me expreso con claridad, pero para llegar hasta aquí hay que hacer un trabajo de autoconocimiento y autoconfianza importante.
¿Cuántos malosentendidos se fraguaron por las palabras mal interpretadas? ¿Cuántos sinsabores generados por silencios obtusos y oscuros? ¿Cuánto rencor regado por la falta de diálogo? ¿Cuánto daño ocasionado por una comunicación deficitaria? ¿Cuántas ideas preconcebidas enturbiadas por lo que no se llegó a decir?
No es sano acumular silencios. Queman. Amargan. Generan malestar. Corrompen. Grita fuerte de vez en cuando.