Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


La Feria robada

17/09/2020

Hoy es un día incongruente en Albacete. Este jueves se cierra la Feria que nunca se abrió, esa Feria que no olvidaremos puesto que nunca existió. La Feria robada por un virus capaz de crear una pandemia que nunca imaginamos que sería capaz de trocarnos la vida de esta manera y hasta de arrebatarnos la propia vida de forma tan cruel y desalmada como sigue haciendo en estos momentos, más de medio año después de presentarse ante nosotros el pasado invierno. Un virus maldito al que no le perdonaremos el daño que nos está haciendo y que, entre otras cosas, nos ha hurtado la Feria, que no es poco, pues es robarnos identidad, emociones y vivencias que creíamos inalterables ante cualquier terremoto de la naturaleza y que sin embargo poco o nada pueden hacer ante un seísmo invisible y traicionero como el que nos azota.
A falta de Feria la expresión, absurda si se quiere, de la No Feria es la que ha protagonizado estos días albaceteños. El corazón de Albacete, encogido por la situación como el de toda la sociedad, como todo el mundo, se quedará para siempre con la cicatriz emocional de lo sufrido; del daño, en muchos casos irreparable, de lo acontecido. Y sí, es verdad, que en momentos como este no estamos para fiestas, pero precisamente por eso se pone más en valor entre los sentimientos de cada uno de nosotros la importancia que tiene para una ciudad y para cada uno de sus vecinos esos días grandes y cuya ausencia nos deja un vacío sensitivo y anímico que con nada podemos rellenar. Nos sentimos estafados, ninguneados ante un gigante opresor que nos ha robado la Feria y que ha convertido la No Feria en una vivencia que quedará grabada en nuestras vidas.