Mil novecientas visualizaciones acumula el corto dirigido, editado y protagonizado por María García Martínez, alumna del IES Diego Siloé de Albacete en el marco de la asignatura de artes escénicas capitaneada por el profesor de inglés Javier Calera y contando con la inestimable colaboración de otra docente, Mercedes G. Córcoles.
María es una de esas chicas valientes que no ha dudado en plantarse delante de una cámara y contar en primera persona y en primerísimo plano su experiencia personal sin filtros, sin efectos especiales. Sin miedo.
Mirando a los ojos del espectador narra el infierno que atravesó como enferma de anorexia nerviosa (y escribo en pasado, querida María, porque lo peor ya se conjuga en pretérito pese a que las sombras persisten e insisten en atacarte cuando te muestras vulnerable). Y nos cuenta, con una entereza digna de aplaudir, cómo adelgazó tres tallas, cómo se obsesionó por salir a correr dos veces diarias, cómo la comida se disfrazaba de veneno para boicotear su objetivo estereotipado por esta sociedad del postureo casposo. Y nos dice que aún hoy su okupa tóxico mental le recuerda que se rindió, que no gusta a nadie, que nadie la quiere, que da asco, que deje de comer, que se ve horrible... pero su sonrisa en blanco y negro me transmite que María ya está a salvo, que ella ha ganado.
Gracias, María, por atreverte, por no omitir, por no censurar, por no maquillar y, en definitiva, por no callar un drama que está pasando. Tu relato es un salvavidas. Enhorabuena. 
Visita obligada en youtube, Está bien estar mal. Lección de vida.